El Jueves Santo es un día grande en la Semana Santa sevillana. Decir Jueves Santo es decir tradición, costumbre y por encima de todo, mantilla. Este día es común que las mujeres acudan a visitar Sagrarios y templos por la mañana y asistir a los Santos Oficios por la tarde. A pesar de ser un atuendo de luto y que no admite muchas tendencias, si la mantilla se lleva de manera adecuada, puede resultar muy favorecedora.
Jueves y Viernes Santo se diferencian en cuanto a vestirse de mantilla se refiere a que ésta cubre más el pelo el Viernes Santo, día en el que Cristo yace muerto. Por otro lado, el protocolo dicta que en Semana Santa solamente el Domingo de Resurrección se admiten las mantillas blancas o color té.
La mantilla negra es señal de respeto. Sobre la tipología habla el equipo de Lina, que además de ser todo un referente en el mundo de la moda flamenca, tiene mucho que decir en lo que concierne a las mantillas: “Existen tres tipos: hechas a máquina, semi a mano y las confeccionadas a mano, siendo éstas últimas de tul y seda natural, principalmente. Si vas a comprar una mantilla bordada a máquina hay que tener en cuenta que el tul sea de buena calidad para que tenga una bonita caída ya que al tener mucho poliéster si el tul no es bueno no quedará tan bien”. Las mantillas bordadas a máquina suelen ser de dos tipos: Blonda y Chantilly, que lleva el nombre de la región francesa donde se popularizó.
Normalmente las mujeres más jóvenes se decantan por la mantilla de Chantilly al ser ésta más liviana en cuanto a peso y dibujos, mientras que la de blonda, más tupida, es la favorita para las señoras que se visten en Pascua.
Si vas a comprar una mantilla bordada a máquina hay que tener en cuenta que el tul sea de buena calidad para que tenga una bonita caída ya que al tener mucho poliéster si el tul no es bueno no quedará tan bien”
Lina
Menos conocidas son las mantillas triangulares, que a la hora de colocarlas hay que tener en cuenta que el pico ha de quedar en la espalda, no sobre la cabeza. “También se llaman ‘isabelinas’, sus dibujos están inspirados en dibujos antiguos y destacan en el centro. Suelen ser de tipo Chantilly y tiene doble uso porque también se puede poner a modo de chal”, cuentan en Lina. Y es que las puntas y los calados son dos de los detalles más importantes a la hora de elegir mantilla. Existen diferentes dibujos y terminaciones que portan distinción a las piezas.
El vestido que acompaña a la mantilla
Otro aspecto a tener en cuenta es la elección de la indumentaria que acompañe a la mantilla. A la hora de elegir vestido, Carmen del Marco, todo un referente en cuanto a costura sevillana se refiere piensa que: “El vestido de una pieza es más elegante”. Una vez descartados los trajes de chaqueta, la Diputada Gremial de la Hermandad de Nuestra Señora de los Reyes, dice: “El largo del vestido correcto ha de ser por debajo de la rodilla, hay que recordar que la mantilla es un traje de luto, no de fiesta”. No siempre este largo fue así. Como curiosidad, cabe destacar que en otros tiempos la mantilla se acompañaba de traje largo. La modista sigue matizando: “El tipo de tejido también es importante. No debemos elegir los que llamen mucho la atención como el guipur o el encaje. Si se quiere apostar por éste, que sea en un detalle”. Son precisamente los detalles lo que hace elegante a una mujer. Es por ello que “una manga de gasa transparente puede dar un toque especial al vestido”, comenta Del Marco.
En cuanto a los complementos, el rosario es un elemento que no puede faltar, según Carmen del Marco: “Es imprescindible, el bolso es opcional pero si lo incorporamos, que sea una cartera”. Continúa: “Los pendientes y el broche se pueden acompañar de una pequeña gargantilla de plata oro o perlas, que son muy elegantes. Por el contrario, debemos olvidarnos de los corales”. Para Carmen del Marco las medias quedan “a gusto del consumidor. Son correctas las negras o color humo”. Por otra parte, “El largo de la mantilla ha de bajar del vestido, sin llegar a un largo excesivo como por el tobillo y los guantes son imprescindibles”.
Siguiendo con el propósito de que vestir de mantilla es sinónimo de luto, el peluquero y estilista Víctor del Valle aporta su visión: “A la hora de vestirse de mantilla el peinado y el maquillaje ha de ser discreto pero bien trabajado para que no reste importancia a la mantilla. En nuestro equipo apostamos por los tonos suaves y la cara despejada o las ondas al agua para dar un toque sofisticado y elegante en la mujer”. El moño es fundamental, ya que sobre él se apoyará la peina y tanto ésta como la mantilla no debe restar movilidad a quien la lleva. Algo en lo que Carmen del Marco y Víctor del Valle coinciden es que: “La peina ha de colocarse recta y su tamaño ha de ser acorde con la altura de la persona”.
Por último pero no por ello menos importante es el calzado. Por regla general la mujer que se viste de mantilla pasa muchas horas en la calle y el adoquinado del pavimento no ayuda a desenvolverse con gracia y soltura. Nuria Cobo, firma referente en el sector, opina: “Para vestir de mantilla hay que escoger un zapato discreto, no olvidemos que es una fiesta religiosa y un luto. Es conveniente que tenga algo de tacón, preferiblemente mediano, para aguantar tantas horas con comodidad, o si es alto, que la horma sea muy cómoda y por supuesto de piel. Las plataformas pueden ayudar”. Continúa Cobo: “Es conveniente tener los haber los pies bien cuidados, haber pasado por el podólogo y por supuesto utilizar medias, por estética y para evitar rozaduras”. Siguiendo con las recomendaciones para las largas jornadas de Semana Santa Nuria Cobo apunta: “Recomiendo utilizar el zapato unos días antes por casa con un poco de crema hidratante en el forro interior para ir amoldándolos antes del día de estreno”.