Nadie duda que con la muerte de Karl Lagerfeld se ha marchado un genio que ha hecho indudablemente historia en el mundo de la moda, sólo hace falta echar un vistazo al legado que ha dejado en grandes firmas como Fendi o Chanel para darse cuenta de su grandeza con la aguja y el dedal. Logros (que son muchos) aparte, el diseñador alemán tenía una personalidad sin igual abocada a regalarnos momentos singulares.

De hecho, muchos le aconsejaron que no aceptara la suculenta propuesta (1 millón de dólares/año) de Chanel en 1982, pero el káiser de la moda la aceptó. Menos mal, porque a lo largo de casi cuatro décadas ha logrado erigir un imperio global que factura 8.000 millones de euros anuales gracias a su personalidad workaholic (“24 horas no son suficientes”, le han escuchado decir), un inigualable olfato para las tendencias y una gran habilidad para ocupar portadas y meterse en berenjenales.

Detesta a las personas con sobrepeso a pesar de que no siempre había lucido esa figura esbelta de los últimos tiempos. De hecho, se enfrentó a Adele por decir que la cantante estaba “demasiado gorda”. O: “Las mamás gordas que se sientan frente al televisor con sus bolsas de patatas fritas son las que dicen que las modelos delgadas son feas… Nadie quiere ver mujeres gordas”.

“Hay gente que me dice que estoy demasiado delgado, pero esto siempre me lo dice alguien a quien no le sentaría mal perder unos kilos”

Soez a veces, entre sus comentarios se cuentan perlas tan desafortunadas como “los hombres rusos son tan feos que las mujeres rusas deberían hacerse lesbianas”. O “La mitad de la prensa la forman guapas tontas; la otra mitad, mujeres embarazadas”. Y siguiendo con su batalla por el peso: “Hay gente que me dice que estoy demasiado delgado, pero esto siempre me lo dice alguien a quien no le sentaría mal perder unos kilos”.

Karl Lagerfeld es más afín a Carine Roitfeld que a Anne Wintour, tal vez porque comparte esa visión histriónica de la moda tan ajena a la gurú inglesa, tal vez porque Wintour abandonó en 1993 su desfile de Fendi ofendida porque los modelos eran actores de cine porno, strippers y gigolós.

El episodio de Karl Lagerfeld con Marlene Dietrich

Siendo muy joven el fotógrafo Helmut Newton acudió junto a Karl Lagerfeld a realizar una sesión de fotos a Marlene Dietrich. La actriz, deseosa de saber la opinión de su compatriotra como modisto, se desabrochó la falda que llevaba puesta, a lo que Lagerfeld respondió: “¡Todavía tiene usted unas piernas estupendas!”, comentario que no sentó del todo bien a la diva del cine que quiso cancelar la sesión de fotos.

Siguiendo con la lista de “amigos” de Karl Lagerfeld, en 2017 asistimos a un episodio singular en el que la actriz Meryl Streep se negó a llevar un vestido de seda bordada gris made in Chanel para la ceremonia de los Óscars. A pesar de que la maison francesa cumplió todos los deseos de una oscarizada Streep, recibieron una llamada del equipo de la actriz en la que invitaba a dejar “colgado” el vestido de Alta Costura, ya que otra firma les pagaría por lucirlo por la alfombra roja, cuestión que se desestima en Chanel quien presta, pero no paga.

Bien es sabida la enemistad entre Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent que parece ser que va más allá de la rivalidad sobre la pasarela. El causante tiene un nombre: Jacques de Bascher, un dandy que tuvo un affaire con YSL al tiempo que era la pareja “oficial” de Karl Lagerfeld.

Se ha marchado Karl Lagerfeld, un genio de la moda que no sólo fue un figura sobre las pasarelas. Multitud de anécdotas así lo demuestran que no sirven ni de lejos para enturbian la gran capacidad creativa de este revolucionario de la moda que nos acaba de dejar.