El viernes de Simof fue una jornada larga, pero llena de creatividad y diseños de alto nivel que por momentos nos hicieron olvidar las grietas económicas de las que adolece la moda actual, también la flamenca. Tras los desfiles de mañana (“Espacio camino”, dedicado al Rocío y el colectivo de Sevilla The Style Outlets, después) le tocó el turno a Inma Castrejón. Tras ella, Sofía Rivera lanzó vestidos brocados, terciopelos, negros y faldas largas con vuelo. Destaca su línea semi hippie para el Rocío.

Tras Rosa Rojo llegaría Mari Carmen Cruz, quien trajo la primera reminiscencia a Sevilla (la siguiente la haría Ana Morón) de la tarde. La diseñadora de Villamanrique bebió de sus raíces y a pesar de mezclar estampados y colores y experimentar con tejidos, consiguió mantenerse fiel a sí misma y a su clientela sin caer en el aburrimiento. Flamencas por las que no pasa el tiempo pero que no renuncian a toques innovadores.

Arte y Compás siguió en la pasarela y dio paso a Ana Morón. La joven diseñadora demostró grandes dosis de osadía y confianza en su recreación de Sevilla. Morón se fija en el Barroco y lo reinventa a modo flamenco contemporáneo. Vestidos opulentos, llenos de aplicaciones, recreaciones de ocre y dorado… y toda una paleta cromática en consonancia con la época histórica a la que alude. Los vestidos que Morón propone para la próxima temporada son un despertar para los sentidos, de ésos que hay que mirar dos veces para terminar de apreciarlos en su totalidad. Qué mejor que llevar un Ana Morón para que las cabezas se giren. Porque… de eso se trata ¿no?
(Haz click sobre las imágenes del desfile de Ana Morón para ampliarlas. Fotos: Aymaricruz.com)
Molina volvió a hacer suya esa fórmula flamenca factible comercial y económicamente. La casa de Paco Molina sabe que una de las épocas doradas del traje de flamenca fueron los años 50 y de ellos parte a la hora de crear una amalgama de propuestas variadas para lucir bajo los farolillos.

Este año Aurora Gaviño no se anda con medias tintas. Hay que vender y ella lo sabe. Gaviño tiene en sus manos la fórmula de la Coca-Cola: un sello asentado que en esta ocasión ha decidido explotar y continuar con aquellos modelos que más éxito tienen en su tienda de Blanca de los Ríos. Encajes, croché, remates en richelieu, bonitos tonos pastel que contrastan con otras propuestas más vivas, volantes a modo de pañuelos y picos… y una Carmen Lomana entregada a la hora de cerrar su desfile.

Para Javier García éste era su estreno en Simof. El diseñador estepeño ha conseguido hacerse con una clientela fiel que confía en él para las ocasiones especiales. La Feria no podía ser menos y para ella urdió vestidos de gran vuelo donde ya se prevé que los canasteros serán los más demandados en su atelier. Con su colección Javier supo plasmar la feminidad que requiere llevar un traje de flamenca y vestirse “de calle” para la Feria. Looks en azul, verde y rojo que enseñan a la mujer a divertirse con la moda y a pasarlo bien dentro de una caseta con su propio estilo personal.
(Haz click sobre las imágenes para ampliarlas. Fotos: Esther Álvarez)
El desfile de Cristina García comenzó con un je ne sais quoi indefinible. Rectificamos: un non lo so, que la cosa iba de italiano. Precisamente a Italia, El Padrino, a la Sicilia más tradicional (pero festiva a la vez) estaba dedicada su colección. La música de Nino Rota fue tremendamente inspiradora y la escenografía perfecta; si uno cerraba los ojos podría trasladarse al país de la bota y empaparse del sol, del amor y de la vida italiana. Pero si hubiésemos hecho eso, nos hubiésemos perdido una de las mejores colecciones que ha dejado la presente edición de Simof. Se nota que Cristina García le ha puesto cuerpo -ése que terminó por pasarle factura el día de su debut en la pasarela profesional-, alma y dinero para comprar metros y metros de tejidos de primerísima calidad con los que confeccionar vestidos de ensueño. Decíamos que la mafia había sido la excusa perfecta para crear trajes de tul y transparencias, pero en definitiva, la suya fue una colección con la que gritar: “Mamma mía!”
(Haz click sobre las imágenes para ampliarlas. Fotos: Cristina García)