Hace no mucho mi querida Rosa Iglesias de El Estilario y yo debatíamos vía Twitter sobre la importancia de ofrecer un buen producto. Es ese estadio de excelencia el que te permite estar por encima de las tendencias y lanzar una colección que se sabe rentable a pesar de la coyuntura que la rodee. Esto no quiere decir que el éxito entre el público haga que los diseñadores se acomoden entre laureles, pero no cabe duda de que otorga más autonomía a la hora de diseñar. Precisamente esto es lo que sucedió en el desfile de Pol Núñez 2014 de We love flamenco.
Delia Núñez Pol ofreció una fiesta del color, que precisamente eso es lo que se esperaba de una firma con una trayectoria tan larga como ésta. Los colores vivos y los estampados formaron un entramado junto a texturas relajadas, vaporosas y con mucho movimiento. La presente colección siguió su línea de mestizaje de la cultura occidental con la oriental plasmado en los colores exóticos que recuerdan a la India.
Los complementos de María Galán, vestidos ligeros, mantoncillos trabajados, pequeños volantes y propuestas rocieras fueron pasando por diferentes estilos pero de forma uniformada: de canasteros a lunares, pasando por prints caleidoscópicos y tonalidades frutales.
En resumen, Pol Núñez llevó una vez más el estilo bobo (bohemian bourgeois) a la moda flamenca. Porque, ¿quién dijo que los volantes no pueden mostrar las tendencias de la calle?
Claro que sí. Y ser fiel a un estilo, a uno mismo, no significa que no se pueda sorprender al público año tras año. Pol Núñez no renuncia a sus enseñas y aún así, sigue sacando colecciones de las que enamoran.