La pasarela We Love Flamenco entra en el ecuador de esta edición. El tercer día de desfiles en el Hotel Alfonso XIII se caracterizó por flamencas interculturales, que beben de influencias cubanas o italianas sin olvidar el gusto clásico que impregna cada año la Feria de Abril.
El pistoletazo de salida lo dio la solidaridad de la mano de la Fundación Sandra Ibarra. Pacientes oncológicas del Hospital Virgen Macarena sintieron por un día lo que es subirse en una pasarela y vestir trajes de flamenca de diseñadores de renombre dentro del sector. “Ya estamos soñando con el desfile del año que viene”, confiesan las integrantes de la fundación.
Lola Azahares revistió de magia la pasarela situada estos días en el Salón Real del Hotel Alfonso XIII para mostrar “Encantamiento”, su colección para el 2019 llena de gasas, linos, sedas y satén.
La segunda de la tarde en presentar sus propuestas fue Ángeles Fernández, quien se ha inspirado en esta ocasión en su propia trayectoria: “Mi verdadera flamenca y cómo ha evolucionado”, cuenta la diseñadora. No faltaron propuestas flamencas alejadas de los vestidos clásicos, reminiscencias a su Vejer natal ni a las playas gaditanas en una veintena de propuestas. Destacaron los trajes confeccionados en mikado y tul y el uso de blancos y tonos empolvados como el malva o el nude.
La ya emblemática Fabiola vuelve a presentar una colección en la que los trajes de flamenca clásicos fueron los reyes de la pasarela. La firma sabe que sus vestidos son aplaudidos entre su clientela, por lo que no arriesga a la hora de imaginar nuevos diseños. Eso sí, acompaña sus creaciones con complementos y mantones exclusivos.
A continuación le tocó el turno a Rocío Olmedo, quien hace que el público se transporte hasta Cuba con “Son de lunares”. Los motivos que recuerdan la flora y fauna de la isla pueden hallarse en cualquier pieza de la colección, pero lo que sobresale es el uso del color, fresco y alegre para sus creaciones, que suben el talle y se confeccionan en gasas y viscosas, principalmente.
Para cerrar el día, Pablo Retamero y Juanjo Bernal tenían preparada una colección al más puro estilo italiano. En “Ragazza” no faltaron las vespas, las gafas de sol, los pañuelos cubriendo el pelo… y otros tantos estándares de la Dolce Vita italiana. En esta ocasión, Marcelo no lleva a Sylvia a la Fontana sino a una caseta en Chicuelo. Y para ello Anita Ekberg viste trajes de flamenca con cierto grado de barroquismo en el estampado.“Nuestra nueva colección flamenca nace de un sentimiento abrumador e inolvidable que surge de una mujer durante un encuentro ambientado en la Sevilla de los 80, en la que ésta, de procedencia italiana, descubre nuestra ciudad y queda enamorada del arte flamenco y de su folclore”, explican los diseñadores. Mención especial merecen los complementos firmados por Lamágora, tan bien casados con las creaciones del dúo.
Todas las fotos han sido tomadas por Aníbal González Pinto para We Love Flamenco.