No hay ninguna duda de que los desfiles de flamenca de Juana Martín siempre son los más esperados. Este año por partida doble, porque a la expectación que se crea año tras año ante sus propuestas, hay que sumarle la actualidad política al margen de la pasarela. El revuelo mediático no consiguió distraer a la diseñadora, que en desfile de 2014 de Juana Martin presentó impresionantes vestidos que se reinventan cada temporada.
Con Juana Martín no todo está inventado y aunque la sensación que tiene el público tras presenciar una colección es de “no se puede hacer más”, en Simof la cordobesa desafía a la aguja cada año y da una vuelta de tuerca a sus trajes. Martín hizo del mikado de seda su tejido de cabecera y los volantes se convirtieron en pétalos en sus manos.
Bajo el nombre de “Amaya“, en homenaje claro a la gran figura del baile flamenco, Juana Martín realizó la que puede ser hasta la fecha su colección más sencilla de flamenca y minimalista en cuanto a estilo y formas (no así en diseño). Cinco colores compusieron la paleta cromática: turquesa, rosa pálido, rojo, blanco y negro, definieron su flamenca para este año. Ni estampados, ni aplicaciones de otro color.
Bien es cierto que comprobamos en el desfile de 2014 de Juana Martin que su flamenca es una mujer que vive la feria de noche y que las reminiscencias a Stephane Rolland están ahí, pero de lo que no cabe duda es que los trajes de Juana Martín son flamencas en mayúsculas. Una propuesta sobria y una reinvención de los volantes, esta vez transformados en pétalos, que llevan lo artesanal en flamenca a un paso más adelante de calidad. Cortes depurados y limpios que se agradecen ver en una pasarela como las de este tipo, demostrando así el trabajo que Juana Martín pone en cada uno de sus diseños.