“Flabbergasted” es un adjetivo que en inglés significa asombro, estupor, sorpresa en un grado máximo y que en un contexto más amplio se utiliza para expresar admiración, fascinación y deslumbramiento. Precisamente esta es la sensación que la diseñadora Balbina Arias quería imbuir en el público que asistió a su último desfile. Una sala de danza de Hytasa como testigo del desfile, el acústico de Amarillo Mostaza poniendo el toque de magia a los momentos previos y voces en off acompañando los pasos de las modelos que lucieron las prendas de la colección. Fue un ejercicio de moda y arte, demostrando que la línea que separa cada una de estas disciplinas es delgada y pueden convivir en un mismo escenario.
Piezas confeccionadas en tul, lino o crepé de seda, entre otros, se tiñeron de estampados para dar fuerza a las líneas minimal de las prendas. Los colores vibrantes terminaron de rematar el pase. Verdes, morados y amarillos fueron las notas de color de la diseñadora en una colección depurada, de aire bohemio y desenfadado.