Contratiempo: Dícese del accidente o suceso inoportuno que obstaculiza o impide el curso normal de algo.
A pesar de que la última colección de Pepa Garrido se presentase bajo ese nombre, sus vestidos poco tienen de accidental. El pasado mes de enero la firma sevillana volvió a brillar con luz propia, sin parecerse a nadie y dando muestras de un estilo muy particular que cuenta con muchas adeptas. El equipo que conforma Pepa Garrido apostó por pequeños volantes, mezcla de estampados y jactándose de que la comodidad no tiene por qué ser insípida. Porque “Contratiempo” destila sabor. Sabor de otros tiempos actualizados.
Propuestas rocieras (cercanas a las monterías), feriantes de día y de noche… todas ellas se presentan sofisticadas adornadas con mantoncillos a juego y pequeños adornos rematando los volantes.
El predominio de tonos tierra no deslució a los azules, buganvillas y naranjas, que pusieron el toque de color a la escena. Para las flores, Carmen Cañaveral cambia este año los ramilletes de claveles por las rosas de pitiminí en colores naturales y mantoncillos estampados o lisos. Los pendientes, de la misma firma, rematan el look flamenco aportando ese detalle que siempre buscamos y nunca falta. Todo un acierto, que unido a una gran costura, hace de esta firma una apuesta segura para ir al Real.