El pasado viernes Sevilla se echó literalmente a la calle para disfrutar de una “Noche en blanco”. El abanico cultural contó con innumerables propuestas que no fueron suficientes para un público que hacía colas en cualquier rincón de la ciudad. La moda fue la protagonista en La Libélula Shop, en la Casa del Estanque con un desfile de Petra y La Importadora y la Fundación Valentín de Madariaga acogió dos desfiles colectivos auspiciados por Sevilla de Moda.
En el primero de ellos Laura Cordero presentó una sucesión de piezas en negro, mostaza y coral, principalmente. Las propuestas de Inés de Tovar fueron muy celebradas por su aparente sencillez y carácter comercial. Vallyllas subió la edad del target de quien viste mostrando trajes dos piezas y chaquetas achaneladas. Por su parte María Ávila trajo la sensualidad a la pasarela y llenó la colección de flecos y aberturas. Cotidiana apostó por el rojo y el gris y José Raposo, encargado de cerrar el primer pase, demostró por qué se ha ganado una plaza en los Premios Nacionales de la Moda de este año. Raposo optó por una mujer romántica que oscila entre las faldas de capa años 50 y otros cortes más contemporáneos.
María Bordallo abrió la segunda tanda con una serie de vestidos de fiesta. Lorena Subires se trajo el público ganado de casa y volvió a presentar Ixchel, que ya vimos en la pasada edición de Andalucía de Moda. A pesar de ser una colección vista, el público ha de agradecerle a la antequerana que haya creado ilusión por la savia nueva y la reinvención de la tela alpujarreña. Luisa Cornejo brilló, y no sólo fue por el dorado de sus tejidos. Gitano se decantó por los estampados y Bastien Duhem presentó una colección mixta con toques invernales. A continuación, Barevny se dejó llevar por los tonos suaves y en el pase de Caridad Pastor hubo propuestas variadas. El colofón lo puso Felipe Duque. Entre vestidos largos y vaporosos el colombiano compuso una propuesta redonda.
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo!
Luisa, tenemos que hablar!!! Gracias por pasarte 😉