El segundo día de la presente edición de SIQ dejó una jornada en la que la magia fue la tónica imperante. Magia en cuanto a la habilidad de sus creadores a la hora de idear vestidos extraordinarios con singulares tejidos.
Analilen, la firma de Lourdes y Sibi Montes optó por un espacio distinto al del Archivo de Indias para presentar su nueva colección. Mismao estilo naïf y nuevas propuestas para estas hermanas que reivindican un sitio alejado de la prensa rosa en el mundo de la moda.
Arrancó la tarde Aurora Gaviño y su personal estilo llevado a las novias. Quien lleva un Gaviño, se nota. Y a pesar de que la diseñadora confiesa que sus novias no buscan en ella las tendencias que la sevillana muestra en flamenca, el sello de la casa está ahí: Encajes y trajes románticos para mujeres que sueñan con su gran día.
A continuación le tocó el turno a Javier García. El de Estepa se decantó por los mostazas y dorados brocados para las invitadas y trajes de novia realizados en guipur y en tul en algunos modelos. En otros, aparecen dos signos que le han llevado hasta donde está hoy: el vuelo de la falda canastera y las mangas húngaras que tan bien defendió Marina Gallardo.
El reciente viaje a la India de Alejandro Postigo parece haber influido en el diseñador y eso se notó en su desfile. Con una impresionante Ruth Lorenzo de fondo, los tocados de Tolentino y Jessica Bueno sobre la pasarela, los focos se posaron sobre los estampados y encajes que empleó el modista. Postigo fue, como si trazase una línea por la Ruta de la Seda, de las invitadas a las novias mostrándonos nuevos territorios con un bello resultado.

Por último Fernando Claro mostró sofisticados vestidos llenos de detalles. Novias que hay que mirarlas dos veces para poder apreciar por completo el trabajo del nazareno, uno de los más prestigiosos del sector en la actualidad gracias a su buen trabajo artesanal.