Jessica Bueno aparece sobre la pasarela y los fotógrafos dan un respingo. Aparece un dos piezas negro, luego blanco, luego otra vez negro… Y el público empezó a creer que Alejandro Postigo había caído en la tenebrosidad. Dicen precisamente que de la oscuridad emergen las sombras, pero lo cierto es que en “Hidden” el modista rompe con el código cromático para demostrar que la ausencia de color también tiene capacidad para encandilar. Ya lo hizo en su día Hollywood, que consiguió que amásemos a esas divas a las que el blanco y negro no enturbió su allure.
Volver la mirada hacia ciertos elementos del pasado puede resultar un ejercicio arriesgado ya que a veces sólo sirve para mostrar las carencias de la colección y para evidenciar –por comparación- la falta de pasión que pudieran llegar a transmitir las prendas. Sin embargo, Alejandro Postigo optó por un conjunto deliberado, pensado y acertado, en el que no faltaron brevísimos pantalones cortos, sujetadores con pedrería y aplicaciones de azabache suspendidas en la cintura. Los encajes y paillettes parecieron comerse los fragmentos de tejido, éstos revelan falsos desnudos, ya que la piel está cubierta por tejido color carne y el punto estrella fue, una vez más, la caída de las faldas. La sensualidad coqueta de las chicas de Postigo, la pasión y la feminidad volvieron a aparecer en su discurso y eso le aseguró el aplauso final al utrerano.